lunes, 20 de octubre de 2014



ÉBOLA

El día empieza cansado, llueve
novelo el drama de ver, lo que no se ve
conspiraciones efectivas y precisas
me dicen paranoico, imagino el futuro,
los rabinos judíos fueron acusados de difundir la peste negra
el sida, una epidemia, una conjura de Washington,
ébola, un asesino con misterioso sadismo.
En el corazón de la bestia, palpita el odio 
mira de frente con guiño de serpiente
es la señal, adoradores de la diosa Noor,
Nuevo Orden Mundial y sus peligrosas corporaciones
vivimos en la gran mentira, encerrados en cárceles de sombras
viajamos en un ataúd sin historia, sin leyendas
y pasa la vida, sin comprender su ley justiciera.
Soy hijo de la muerte, no tengo miedo a mis palabras
fugitivo de los sueños, vagabundo de silencios
amante de la oscuridad sagrada,
dioses antiguos, necesitan sacrificio y muerte
asesinar a esa extraña raza, que pide compasión en cruces de madera
que tiene miedo y es feliz acariciando a su gato de Angora
se alimenta de veneno y no encuentra el amor verdadero.
Nacimos condenados en una tierra sin promesas
congeladas mentes, desiertos del subconsciente
apocalíptico paisaje, grabado en el cielo,
maldita semilla viajando a la traición de la utopía
tras la cortina de fuego, no hay paraíso eternal
escribo con mi sangre, con mis heridas, con mi intuición
y no quiero saber más, quiero ser tú, caminar con soledad.
Un misionero se infecta de ébola,
África, madre vieja, ¿que te han echo?
regresa a España, tiritando de muerte
muere el misionero, una enfermera se infecta
condenada, es ingresada en el Carlos III,
resucita, bendecida por los ineptos verdugos del silencio,
las gentes lo celebran, ramos de flores y aplausos
es el final de la mentira, puede ser verdad.



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