jueves, 4 de abril de 2019


VAGABUNDOS DE LA ETERNIDAD

Las estrellas del infinito, guardan un secreto
continúa la vida por la tinieblas del pensamiento
escriben los bohemios con sangre de tierra,
poesía anarquista, emboscando el dolor y la tristeza
laberinto del Tubo, sensuales banderas.
Por la calle Libertad, caminan las sombras viejas
los recuerdos con sus ritos de conciencia
aromas de gula, romántico y etílico eructo,
gitanos lorquianos  afilan las navajas en el vino de los sueños
taberna doña Casta, con breves líneas libertarias.
Una muchacha sirve un vaso de vino al dios sin destino
bebe proletario, néctar libre de la historia sin final
Francisco la mira,  dispara un beso de fuego
años locos, bailan las balas leyendas de sal
eco vagabundo, violenta lucha eternal.
La dictadura Primo de Rivera clausura La Libertaria
despreciando el riesgo, emigra a La Habana
alquimistas tabernas recitando poemas de Martí
la mafia americana: OK, doña Casta, 
detrás de lo visible, la oscuridad enamorada.
Los tres errantes arriban en la isla mulata
liberto, mendigo y poeta, el Caballero de París
me susurra: vi a doña Casta con un español
bebían mojitos a la brisa fresca del Malecón
y en la playa de Marianao, bailando rumba y son.
Libertad camina por la senda perdida
revolución es un espíritu demasiado remoto
vino rojo, croquetas, inteligente misterio
Doña Casta y Doña Casta y Tal
patria o muerte, excitando el libre paladar.